Regreso a clases: Guía práctica para que tus hijos se adapten al nuevo horario sin estrés
Se acabaron las vacaciones, los días de levantarse tarde y las noches de películas hasta la madrugada. El regreso a clases está aquí y con él llega uno de los mayores desafíos para las familias: volver a la rutina y, sobre todo, al horario escolar. Si las mañanas en tu casa ya se sienten como una batalla campal para sacar a los niños de la cama, no te preocupes, es una situación más común de lo que crees.
Durante las vacaciones, el reloj biológico de los pequeños (y también el de los adultos) se desajusta por completo. Acostumbrarlos de nuevo a dormirse temprano y despertarse con energía requiere de un plan. La clave no es hacerlo de un día para otro, sino con paciencia y estrategia. Aquí te compartimos consejos prácticos, basados en recomendaciones de expertos, para que esta transición sea lo más sencilla posible para todos en casa.
La clave es empezar antes: El ajuste gradual
El error más común es intentar cambiar el horario la noche justo antes del primer día de clases. Los expertos, como la Academia Americana de Pediatría, recomiendan iniciar el proceso de ajuste al menos una o dos semanas antes de que inicien las clases.

La técnica más efectiva es la del ajuste gradual: adelantar la hora de acostarse y de levantarse en bloques de 15 a 30 minutos cada día o cada dos días. Este método es menos brusco para el cuerpo y facilita la adaptación.
Crea un ambiente que invite al descanso
El dormitorio debe ser un santuario para el sueño. Asegúrate de que esté oscuro, silencioso y con una temperatura agradable.
Un punto crucial es limitar el uso de pantallas al menos una hora antes de dormir, ya que la luz azul interfiere con la melatonina, la hormona del sueño.

El poder de una rutina relajante antes de dormir
Las rutinas dan seguridad a los niños y preparan su cuerpo para descansar. Un ritual nocturno constante puede incluir:
- Un baño tibio
- Ponerse la pijama
- Leer un cuento
- Escuchar música relajante
- Lavar los dientes
Hacer estas actividades en el mismo orden cada noche envía una señal clara al cerebro de que es hora de dormir.
La alimentación y el ejercicio también cuentan
- Evita cenas pesadas, azucaradas o con cafeína cerca de la hora de dormir.
- Prefiere un snack ligero, como fruta o leche tibia.
- El ejercicio ayuda a gastar energía, pero evita que sea justo antes de dormir; lo ideal es hacerlo en la tarde.
Mañanas positivas y sin prisas
- Prepara todo la noche anterior: ropa, mochila y lunch.
- Abre las cortinas al despertar para regular el reloj biológico.
- Un desayuno nutritivo les dará energía y mejorará su concentración en la escuela.
Recuerda: cada niño es diferente y algunos pueden tardar más en adaptarse. La paciencia y la constancia son tus mejores aliadas.
