El reencuentro que salseros desean: Rubén Blades y Willie Colón

Si eres amante de la salsa, seguro has soñado con este momento. Imagina por un segundo volver a ver en un mismo escenario a Rubén Blades y Willie Colón, dos gigantes que no solo hicieron música, sino que le pusieron letra y melodía a la vida de toda una generación. Pues no estás solo, ese anhelo resuena con fuerza en el corazón de grandes figuras del género, quienes hoy levantan la voz pidiendo una tregua tras más de 20 años de un distanciamiento que parece no tener fin.

Un Dúo que Hizo Historia en la Música Latina

Para entender por qué este reencuentro es tan esperado, hay que viajar a la década de 1970. En plena efervescencia de la salsa en Nueva York, un trombonista y productor visionario llamado Willie Colón unió su talento al de un joven cronista y cantante panameño, Rubén Blades. Juntos, bajo el legendario sello Fania Records, crearon una salsa con conciencia, con historias que iban más allá de la fiesta y el baile.

Su primer gran trabajo, “Metiendo Mano” (1977), ya dejaba claro que no eran un dúo más.Pero fue con “Siembra” (1978) que rompieron todos los esquemas. Este álbum, considerado por la revista Rolling Stone como el mejor de la historia de la salsa, se convirtió en un manifiesto social y cultural. Canciones como “Pedro Navaja”, “Plástico” y “Siembra” no solo se convirtieron en éxitos mundiales, sino en himnos que retrataban la realidad, los sueños y las luchas de los latinos.

El Clamor de los Salseros: “La Música y su Historia lo Merecen”

El deseo de verlos juntos de nuevo no es solo cosa de fanáticos. Reconocidas figuras de la salsa han expresado públicamente su anhelo de que las diferencias queden atrás.

Gilberto Santa Rosa, conocido como “El Caballero de la Salsa”, lo tiene claro: “Sin duda alguna, después de la reunión de Richie Ray y Bobby Cruz, esta es la que todos los salseros y el mundo espera”. Santa Rosa subraya que, aunque lamentablemente las cosas no han estado bien entre ellos, “la música lo merece y su historia musical lo merece”.

A este sentimiento se une Luis “Perico” Ortiz, quien tuvo el privilegio de ser el arreglista de temas como “Pedro Navaja” y “Plástico”. Con la autoridad que le da haber estado en la cocina de esos éxitos, asegura: “En mi carácter personal, me encantaría que volvieran… Sería un palo ver a Rubén y Willie de nuevo en buen lid, pues es un prestigio para el negocio de la música y la cultura”.

Incluso músicos que trabajaron en su último disco juntos, “Tras la Tormenta” (1995), como el trompetista Humberto Ramírez, los describen como “músicos vanguardistas” y reconocen que, aunque hace falta un reencuentro, la decisión final es de ellos.

¿Qué los Separó? Crónica de una Ruptura Anunciada

La grieta entre estas dos leyendas se hizo insalvable en 2003. Irónicamente, el motivo fue la celebración de su mayor éxito: un concierto en el Estadio Hiram Bithorn de San Juan, Puerto Rico, para conmemorar los 25 años de “Siembra”. Tras el evento, Willie Colón acusó a Rubén Blades de no haberle pagado la cantidad de dinero acordada.

Blades, quien también es abogado, se defendió argumentando que los productores del evento eran los responsables y que él también había sido perjudicado. El conflicto escaló y en 2007, Colón demandó a Blades por 115,000 dólares.El caso se resolvió finalmente en 2013, cuando un juez del Tribunal Federal de San Juan falló a favor de Blades, determinando que la promotora del concierto había utilizado indebidamente el dinero de los artistas.

A pesar de la resolución judicial, la herida nunca sanó. Desde entonces, han continuado con sus exitosas carreras por separado, presentándose en los mismos países, a veces con días de diferencia, pero sin volver a cruzar sus caminos en un escenario.

¿Una Luz de Esperanza para el Futuro?

La pregunta del millón sigue en el aire. ¿Será posible verlos juntos una última vez? Humberto Ramírez se muestra cauto y realista: “Son dos leyendas, que sin duda alguna sería bueno que pudieran reconciliarse de alguna forma, pero no sabemos. No veo que pase muy pronto”.

El conflicto, que comenzó por dinero, parece haberse arraigado en el orgullo y en heridas profundas que el tiempo no ha logrado cerrar. Mientras tanto, los fanáticos y sus propios colegas mantienen viva la esperanza. Anhelan que, por encima de las diferencias personales, prevalezcan la música, el legado y el inmenso cariño de un público que nunca ha dejado de soñar con ese último aplauso para el dúo que cambió la salsa para siempre.