La salsa es más que un género musical; es el sonido del barrio, la crónica de amores y desamores, y la banda sonora de innumerables fiestas y bailes que han unido a generaciones. Desde su nacimiento en las calles de Nueva York, como resultado de una mezcla de ritmos cubanos, puertorriqueños y caribeños, la salsa ha regalado al mundo canciones que son verdaderos tesoros.
Este género, que tomó fuerza en la década de los 60 y 70, se convirtió en una voz para la comunidad latina, contando historias de vida cotidiana, lucha y orgullo.
Pedro Navaja – Rubén Blades & Willie Colón (1978)
Pocas canciones cuentan una historia con la maestría de “Pedro Navaja”, compuesta por Rubén Blades y con arreglos de Willie Colón. Incluida en el álbum “Siembra”, uno de los más vendidos en la historia de la salsa, es una crónica musical que narra la vida y final de un matón de barrio y una mujer de la vida galante.
Su éxito demostró que la salsa podía ser un vehículo para la narrativa social, abordando temas complejos de la vida urbana.
La Rebelión – Joe Arroyo (1986)
“Quiero contarle a mi hermano un pedacito de la historia negra…”. Así inicia “La Rebelión”, el himno de Joe Arroyo que se convirtió en un relato sobre la esclavitud en Cartagena del siglo XVII.
La historia de una pareja de esclavos africanos y el levantamiento contra el abuso del esclavista español se transformó en un éxito mundial, con un icónico solo de piano que reivindica las raíces africanas en la cultura latina.
El Cantante – Héctor Lavoe (1978)
Si hay una canción que define a Héctor Lavoe, es “El Cantante”, compuesta por Rubén Blades pero convertida por Lavoe en un himno autobiográfico.
“Y nadie pregunta si sufro o si lloro…”, canta con una interpretación cargada de dolor y grandeza, mostrando la dualidad de la fama. Con arreglos de Willie Colón, se volvió la pieza insignia de Lavoe y un clásico esencial de la salsa.
Cali Pachanguero – Grupo Niche (1984)
El Grupo Niche, liderado por Jairo Varela, le regaló al mundo “Cali Pachanguero”, un himno de amor a la ciudad de Cali, conocida como la “Capital Mundial de la Salsa”.[3]
Con su sonido característico, velocidad, arreglos de vientos potentes y ritmo inconfundible, se convirtió en una pieza obligada en ferias, fiestas y discotecas de todo el mundo, consolidando a Cali en el mapa global de la salsa.
Quimbara – Celia Cruz y Johnny Pacheco (1974)
La “Reina de la Salsa”, Celia Cruz, inmortalizó “Quimbara” junto a Johnny Pacheco y la Fania All-Stars.
Con su potencia vocal, coros vibrantes y solos de percusión, la canción es pura energía y sabor. Aunque “Quimbara” no tiene un significado concreto, se convirtió en una invitación al baile y la fiesta, y en un clásico indiscutible del género.