Un Grito, Mil Sabores: Así Celebramos la Noche Mexicana en Diferentes Rincones de México
Cada 15 de septiembre, un mismo grito une a millones de mexicanos en una sola voz: ¡Viva México! Es la noche más patriota del año, una fiesta que huele a pozole, suena a mariachi y se siente en el corazón. Pero aunque el sentimiento es el mismo, la forma de celebrar esta gran fiesta tiene sabores y colores únicos en cada rincón del país.
Más allá de la ceremonia que vemos por televisión, existen tradiciones fascinantes que hacen de la Noche Mexicana una celebración tan diversa como nuestra gente.
Dolores Hidalgo, Guanajuato: Donde Todo Comenzó
Celebrar el Grito en Dolores Hidalgo es como ir a la cuna de nuestra historia. Aquí no solo se da el Grito, se revive. La noche del 15 de septiembre, una cabalgata simbólica llega desde Querétaro, representando el viaje de los mensajeros que avisaron al cura Hidalgo que la conspiración había sido descubierta. La gente se congrega en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, el mismo lugar donde el cura Hidalgo llamó al pueblo a levantarse en armas. El ambiente es de un profundo respeto y emoción histórica; es sentir la historia en la piel.

Ciudad de México: La Fiesta Monumental
El Zócalo de la Ciudad de México es el escenario de la celebración más grande y televisada del país. Miles de personas, a veces cientos de miles, llenan la plancha para ver al Presidente de la República salir al balcón del Palacio Nacional, tocar la campana y dar el Grito. La noche es un espectáculo de luces, fuegos artificiales y un concierto masivo con artistas de primer nivel que convierte la plaza en una gigantesca pista de baile. Es la fiesta patria en su máxima expresión.

San Miguel de Allende, Guanajuato: Una Celebración Teatral
En San Miguel de Allende, la celebración es casi una obra de teatro. Días antes, la ciudad se llena de representaciones históricas. La noche del 15, una espectacular cabalgata de “conspiradores” recorre las calles empedradas, recreando la llegada de la noticia de la Independencia. El Grito se da en un ambiente colonial único, seguido de una verbena popular donde la música de banda y los antojitos son los protagonistas.

Guadalajara, Jalisco: El Grito con Sabor a Mariachi y Tequila
En la tierra del mariachi y el tequila, la celebración no podría ser de otra manera. El Grito se da desde el balcón del Palacio de Gobierno en la Plaza de Armas, pero el verdadero corazón de la fiesta es la música. Antes y después de la ceremonia, la plaza se inunda con las notas del mariachi, y el brindis se hace, por supuesto, con un buen tequila. Es una fiesta llena de orgullo tapatío, donde el “¡Viva México!” se canta con el alma y el acompañamiento de trompetas y guitarrones.

Oaxaca: La Fiesta del Pueblo con Sabor a Tradición
En Oaxaca, la celebración tiene un profundo sabor a comunidad y tradición. Aunque se realiza la ceremonia oficial en el zócalo, en los barrios y pueblos cercanos la fiesta es más íntima. Las bandas de viento (tambora) son la banda sonora de la noche, y la comida es la estrella. Además del pozole, no pueden faltar los moles, las tlayudas y el mezcal para brindar. Es una celebración que refleja la inmensa riqueza cultural del estado.
No importa si es con mariachi, banda, marimba o sonidero; si la cena es pozole, birria o cochinita pibil. Cada 15 de septiembre, desde la frontera norte hasta la selva del sur, todos nos unimos en un mismo sentimiento. Porque aunque haya mil formas de celebrarlo, el Grito es uno solo y es de todos.
