10 cosas que pasan sÍ o sÍ en toda fiesta patria
Llega el 15 de septiembre y con él, la noche más esperada del año. La casa huele a pozole, la música de mariachi suena a todo volumen y el orgullo de ser mexicano se siente en el aire. Pero seamos honestos, una auténtica Noche Mexicana no estaría completa sin una serie de situaciones clásicas que se repiten año con año, de familia en familia.
Son esos momentos llenos de humor, sabor y un poquito de caos los que hacen de esta celebración algo tan nuestro. Aquí te dejamos 10 cosas que sabes que van a pasar en tu fiesta del Grito.
El Tío que se Siente el Presidente
No falla. Justo a las 11 de la noche, siempre hay un tío que se para en medio de la sala, se aclara la garganta y da su propio Grito con más sentimiento que el original, a veces hasta usando una cuchara como campana.

La Competencia por el Mejor Pozole
En la mesa, se desata el debate más importante de la noche: ¿cuál es el mejor pozole? El rojo, el blanco, el verde… Cada quien defiende el de su región o el de su abuela como si fuera un asunto de estado.

El Primo Valiente de los Cohetes (y el pequeño accidente)
Siempre hay un primo que se nombra a sí mismo el “encargado oficial de la pirotecnia”. Es el que sale a la calle con su bolsa de cohetes y “palomas”. La noche no está completa sin el susto de un cohete que sale chueco hacia los invitados o la clásica quemadura leve por agarrar una “cebollita” antes de tiempo.

El Concurso de Canto con Sentimiento (y uno que otro gallo)
Después de un par de tequilas, la sala se convierte en un karaoke improvisado. Alguien pone a José Alfredo Jiménez y de repente, todos se sienten cantantes profesionales. No faltan los gritos de mariachi y las interpretaciones llenas de un sentimiento que solo el orgullo mexicano (y el tequila) pueden dar.

El Momento del “¡Salud!” que se Transforma
El primer brindis es por los héroes. El segundo, por la familia. Para el quinto, ya se brinda “por los que ya no están” y para el décimo, cualquier pretexto es bueno. Es en este punto cuando empiezan a salir las anécdotas más vergonzosas y los secretos familiares mejor guardados.

El Primer “Caído en Combate”
Nunca falta el familiar o amigo que calculó mal sus tequilas y para las 10 de la noche ya está “dando el Grito” pero en el sillón, profundamente dormido. Se convierte en el meme de la fiesta y al día siguiente no se acordará de nada.

La Tía que se Roba el Show en la Pista de Baile
Cuando empieza a sonar la cumbia, siempre hay una tía que saca los pasos prohibidos. Se convierte en el alma de la fiesta y saca a bailar a todos, desde los sobrinos más penosos hasta el abuelo.

El Accidente Culinario Inevitable
Es ley. Alguien, en medio de la fiesta, va a tirar un vaso de agua de jamaica sobre el mantel blanco. O peor aún, a alguien se le va a caer la tostada de tinga, con todo y crema, sobre la camisa nueva de otro invitado. Es el bautizo oficial de la fiesta.

La Discusión Política que Nadie Pidió
En algún punto de la noche, generalmente cuando los ánimos ya están “alegres”, dos tíos con opiniones políticas opuestas deciden que es el momento perfecto para arreglar el país. La discusión sube de tono hasta que una tía llega con una nueva ronda de antojitos para calmar las aguas.

La Promesa del Recalentado
Al final de la noche, mientras todos recogen los platos, la frase más esperada se escucha en el aire: “Mañana nos vemos para el recalentado”. Porque la fiesta del 15 de septiembre no termina, solo se transforma en el delicioso (y a veces necesario) recalentado del 16.
Estas situaciones, llenas de risas y cariño, son el verdadero sazón de nuestra fiesta. Son el reflejo de lo que somos: una cultura que celebra la vida, la familia y su historia con una alegría que contagia.
